jueves, noviembre 14, 2013

La abuela Maruca y el abuelo Félix

La foto que ilustra este post es la de Victor Hugo Morales, casi 30 años mas joven con mi abuela Maruca.

Era la primera emisión de ese programa conocido como El Espejo por los barrios que iba por el viejo Camal ATC.

En Alvarado y Perdriel,Barracas, hay un barrio de casas antiguas construido en la segunda década   del siglo XX o poco antes, como fruto de lo que entonces se llamó "gran colecta nacional".

Es una suerte de plazoleta, un "barrio cerrado", con calles internas,  utilizado muchas veces, por su pintoresquismo para producciones televisivas de Pol K, por ejemplo, para nombrar algunas significativas.

Llevar chicos allí es una bendición, los chicos se van, juegan y uno tranquilamente sigue en casa muy seguro de que nada les sucedió. Pasó con cada generación cuando eran gente menuda y pasa con la actual que se encuentra en la misma condición.

Era entonces, en el momento en que se construyeron , un conjunto de casas obreras, promovidas por Monseñor D´Andrea.

A los vecinos que alquilaron sus viviendas por años les fue reconocido una suerte de leasing y se convirtieron en propietarios.

Entre esos vecinos estaba mi abuela que entonces se decía o decían los vecinos que era la "vecina mas antigua".

* * *
El diálogo con Victor Hugo fue mas que sabroso.

Claro,el periodista uruguayo, se encontró con una anciana con una indudable vocación de actriz que si no fuera por la negativa de su padre, hubiese formado parte de la tropue de Los Podestá.

Pero no sólo su personalidad era llamativa, lo era también su historia que coincidía con la historia del siglo XX.

El diálogo fue mas o menos así:

-Victor Hugo: ¿Usted estuvo casada muchos años?
-Maruca: Y mas de 50 años.
-Victor Hugo: Habiendo estado casada tanto tiempo ¿debe estar en contra de la ley de divorcio? (era la época en que esa ley se estaba por sancionar)
-Maruca: No, al contrario, antes que las parejas se peleen delante de los hijos y que mantengan lo que ya no va, es preferible el divorcio.
-Victor Hugo ¿Cómo se llamaba su marido?
-Maruca Felíx.
- Victor Hugo: ¿Y como conoció a Felix?
-Maruca: A tiros.
- Victor Hugo : ¡Cómo es eso?

Mi abuela comenzó entonces a contarle la historia:

Mi abuela iba de la mano con su sobrinita por Plaza Lorea cuando encontró un grupo de anarquistas que pedían por la libertad de Simón Radowizky, aquel inmigrante ruso y anarquista que siendo menor de edad se hizo cargo con una bomba de la vida del asesino Ramón Lorenzo Falcón

Mi abuelo era uno de los jóvenes anarquistas que iban a realizar el acto

Dirjiéndose a ella (entonces se trataban de usted así fuesen muy jóvenes) le dijo:

- Váyase que ya empiezan los tiros.

Y los tiros inmediatamente comenzaron

* * *
Como decía, las dotes histrionicas de mi abuela eran sobradas.

Su memoria y su rapidez para contar historias también lo era.

El resto lo completaba el pintoresco barrio, el escenario de muchas de estas historias, junto con los vecinos, algunos de ellos "célebres" que le brindaban a la historia otro color.

Recordaba mi abuela, por ejemplo, a un "niño bueno" que venía de visita. Ese "niño bueno" no era otro que Patricio Kelly cuyo futuro todos conoceríamos.

También allí había otro vecino llamado Bernardes hermano de Francisco Luis Bernardes, el poeta, y de Aurora Bernardes, la primer esposa de Julio Cortázar que también visitó el lugar. Mi prima, chica ella entonces, lo recuerda como alguien muy alto.

Mi abuelo, alguien muy irónico y rápido para suministrar apodos "pregnantes" le había puesto a un vecino que tenía por costumbre hablar bajo "dímelo al oído" y "Sócrates" a otro, especialista en emitir sentencias terminantes en lenguaje popular.

Pero esta pareja nos brindó un sinfin de situaciones a lo largo del siglo XX, o al menos de 7 u 8 de sus décadas.

* * *
Mi abuelo era italiano, había nacido en Turín Italia en un lugar humilde pero frente al palacio del rey Victor Manuel, lo que solía ser motivo de muchos de sus chistes.

Como todo inmigrante pobre vino con su padre y madre a la Argentina cuando ya era un adolescente de 15 años

Ya antes había experimentado su primera y tal vez última decepción religiosa.

Estando en la iglesia dispuesto a tomar su primera comunión advirtió como el templo era un lugar en el que se exacerbaban las diferencias sociales.

Decepcionado, arrojó el brazalete a la alcantarilla, y se retiró mientras lo consumía el agua podrida.

Poco tiempo después, y ya en la Argentina, una foto vieja lo encentra junto a otros jóvenes italianos.

Esos jóvenes pretendían ir a disputar la Primer Guerra Mundial en el marco del chauvinismo reinante por aquellos días.

Se anotó y por suerte no fue, luego se hizo anarquista para pertenecer después  al "proletariado culto" y transformarse en un filo bolchevique sin afiliarse jamás al partido.

Para los que creen que la discriminación no existía, les comento, que mi abuelo, no obstante ser italiano con sus bigotes y con su acento pretendía ser extremadamente porteño.

Fue telefónico y ante la nacionalización de los teléfonos se nacionalizó argentino.

Alguna vez alguien por la calle le preguntó algo en piamontés que el respondió en seguida. Su opinión fue ¿Pero me vio la cara?

* * *
Mi abuelo tiene un sinfín de anécdotas, muchas de ellas con condimentos delirantes, en muchas otras no estaban exentos los riesgos de vida, sobre todo  en su etapa mas juvenil y anarquista.

En la semana trágica, por ejemplo, fue arrinconado contra una puerta por un policía que apuntaba a su cabeza.

Un vecino solidario, lo hizo entrar, al grito de "entrá pibe. En esa época, cosa curiosa, no siempre, al menos en la Ciudad de Buenos Aires, se atrevían los policías a ingresar a un domicilio.

En otra oportunidad, junto con otros cuatro amigos ingresaron a la Catedral.

Cada uno de los ingresantes  lo hacía diciendo "periodista", cuando le tocó ingresar al último le preguntaron "¿De que medio?", a lo que éste respondió "La Protesta", es imaginable lo que sucedió después.

* * *
También son recordables otras anécdotas posteriores relacionadas con huelgas.

Cierta vez, en la década del 20 o la del 30, mi abuelo estaba de "campana" cuando otro compañero cortaba cables.

Nuevamente un policía apuntó a quien se encontraba realizando su tarea en lo alto y le dijo "¡Vos el de arriba bajá!"

El servidor de la ley, no advirtió que detrás suyo se encontraba mi abuelo.

Felíx entonces, lo apuntó por la espalda, con sus dedos ya que carecía de armas.

El policía, asustado, arrojó su arma al suelo y escuchó a mi abuelo decir: "¡Vos, el de arriba, seguí cortando!"

Otras épocas,otra ingenuidad de la policía, lo que no significa que no fuera cruel.

Pero mas sabrosa aún, es otra anécdota relacionada con una antigua huelga, esta vez sí, con la histriónica participación de mi abuela.

* * *
En una huelga telefónica estaba en casa de mis abuelos reunido el comité de huelga de la entonces FOET antecesora de FOETRA el gremio telefónico.

Pocos por entonces tenían teléfono, pero entre ellos, por pertenecer a la actividad, estaban mis abuelos.

Dos trabajadores telefónicos ingresaron al domicilio para probar los teléfonos, ya que se había denunciado un desperfecto.

Demás está decir cual fue la reacción de los huelguistas cuando advirtieron el ingreso de los "carneros".

Estos huyeron desesperados y alguno en la huida alcanzó a llevarse su sombrero aboyado.

Por supuesto fueron denunciados a la comisaría, por lo que se acercó el comisario, que por supuesto los conocía bien, con cara de ¿Que hicieron ahora?.

Mi abuela entonces, muy suelta de cuerpo, les dijo.

-Mire oficial, estos señores se quisieron propasar conmigo, por lo que estos caballeros reaccionaron ante lo indignarte de la situación con los resultados que ya conoce.

El policía se retiró sin saber de que se trataba, pero sin pruebas para condenar a los huelguistas.

* * *
Reconocía mi abuelo a los intelectuales marxistas. En los 30 decía, según mi tía que Héctor P Agosti o Rodolfo Puiggros tenían un futuro promisorio.

Mi tía, me preguntó entonces si Adriana Puiggros tenía algo que ver con Rodolfo. a lo que recibió como respuesta que si, que era la hija.

Claro aquel lejano recuerdo de los 30 y aúna pesar de haber participado de muchas de las cosas de las que participó no le hizo conocer acabadamente lo mas importante de la dilatada trayectoria de Rodolfo y la muy importante trayectoria de Adriana, que sabemos, hoy es diputada y llegó a ser Directora General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, amén de sus luchas que los llevaron a ambos al exilio.

Mi abuelo y mi viejo solían pasar por el diario Crítica en donde trabajaba una tía abuela mía, que no llegué a conocer, de nombre Teresa.

Cierta vez la escuché a Adriana recordar sus pasos, de la mano de su padre,  por el diario antes mencionado y cuando le nombré a Teresa creía recordar ese nombre.

Ahora bien, no fue la misma la trayectoria de mi abuelo y de mi viejo que la que en minoría en su partido pero con gran convicción emprendió Rodolfo Puiggros.

Mi abuelo y mi viejo enfrentaban en las Asambleas a Luis Armando Gay, un dirigente gremial que junto a Cipriano Reyes constituyó el Partido Laborista que sabemos,fue la primer base sindical peronista

Unos años después, y como conté en otro post de este mismo blog, mi viejo fue secuestrado y torturado por la banda de Lombilla y Amoresano.

Eso hizo que sus padres tomasen distintos maticies dentro de la misma posición.

* * *
Mi abuela Maruca, dura y terminante, nunca pudo perdonar a Perón, mi abuelo Félix pudo elaborar otro tipo de reflexión.

Dicen que sobre el final de su vida, mi abuelo solía recibir la visita de un cura.

Toda la vida blasfemando, y desafiando la autoridad de los sacerdotes hacían impensable este acercamiento.

Ese acercamiento fue, sin embargo, desde lo diferente, alguien lo escuchó decir "Dios mío" a lo que agregaba "quiero pero no puedo"

Pero sus diferencias se expresaban no sólo en la religión, también respecto del peronismo dijo:

"¿Como trabajadores cuando estuvimos mejor que con Perón?" " Creo que estuvimos en la contra y siempre mal", Esto decía a pesar del inmenso dolor que le producía lo sucedido con el hijo.

Murió en el año 71, con lo que no pudo ver el regreso del líder.

* * *
Mi abuela, por el contrario, se mantuvo dura y contraria al líder.

Viene a cuento el tema de que frente a su casa, había otra de una familia cristiana

Esa familia tuvo alguna hija catequista que se volcó a los sacerdotes del tercer mundo.

Esa persona fue una de las desaparecidas por la dictadura

La relación de ambas familias, me contó uno de sus miembros, era como la de la comedia italiana Camilo & Pepone.

Mi abuela se recordaba cuando a fines de los 40 se llevaron a su hijo ante el silencio generalizado, lo propio, mucho peor claro está, estaba sucediendo luego, a mediados de los 70 con esta otra vecina.

Mi abuela entonces le recordó a los gritos a todo el pasillo lo que había sucedido con su hijo y lo comparaba con lo que sucedía con su vecina

Sus gritos, no devolvieron a la joven secuestrada, tal vez hayan dejado algún recuerdo.

* * *

 Mis abuelos adquirieron e iban a pasar las vacaciones a la Provincia de Córdoba

Cuando mi abuelo falleció alguien allí le organizó una misa.

El reproche fue inmediato: ¿Pero como, si ese Señor no creía en Dios?

Quien organizaba le respondió: Pero si hubiese creído en Dios, sería un Santo:

Mi abuela falleció años después, sin alcanzar a ver el final del gobierno de Alfonsin.

Seguramente se habrán encontrado