domingo, noviembre 22, 2009

Mi experiencia en Wilde




Conozco a Wilde, si bien nunca viví allí, familiares míos siempre vivieron y se criaron en esa localidad.

Cierta vez que había ido por allí fui víctima de un asalto violento, por lo que los problemas de inseguridad me constan.

En esa ocasión, hace unos pocos años le habíamos celebrado el cumpleaños de un año a mi hija en un salón , propiedad de unos conocidos de la familia de su madre.

Era un sábado de madrugada, estábamos dejando todas las cosas en la casa de mi cuñada, y dos asaltantes salidos de la nada vinieron a encararme.

Uno me dio un terrible golpe en la cabeza con una pistoleta de doble caño, y otro golpe en la nariz con el puño.

Nos tuvieron en el piso, nos quitaron lo poco y nada que teníamos, y el que me apuntaba a mi martilló en dos oportunidades su arma que por suerte no funcionó.

La policía había sido llamada desde el teléfono existente en el interior de la casa, y llegó veinte minutos después.

Un excelente cirujano, especialista en el tema, de guardia en el Hospital de Wilde, volvió mi nariz a su lugar y yo hice la denuncia.

Al tomar la denuncia, el policía de turno me decía que los autores podían ser tal o cual.

Lo cierto es que tras cerrarse el caso por falta de pruebas, los vecinos me cuentan que sabían de quienes se trataba (por razones obvias no voy a dar sus nombres por este medio), y que eran del asentamiento conocido como "Rancho Grande" que se encuentra ubicado en el Este de Wilde, lindando con el Río de La Plata, y no aquellos que sugerían los policías.

Al día siguiente, me contaban, que  con el producto de los pesos que me robó (y que llevaba encima por el tema de cumpleaños de mi hija), uno de los dos asaltanes se había comprado un coqueto equipo deportivo, una buena lección de como la mezcla de hambre y consumismo favorecen el delito.

Es que el que "no tiene" es considerado una "basura humana" ( ésto no para justificar lo que hicieron estos muchachos, sino en parte para explicarlo).

Acá no somos partidarios de criminalizar la pobreza, por lo que no vamos a repetir muchas de las pavadas reaccionarias que en estos días repetían por televisión los manifestantes no tan "espontáneos" que se acercaron a la Comisaría de la calle Las Flores al 300.

Pero hay una base de verdad en lo que expresan, para plantear la mas gorila y simplista de las soluciones a un problema complejo.

La actitud policial, su llegada tardía, el hecho de que los asaltantes fueran conocidos del barrio, el de que al tomar la denuncia sugiriesen a cualquier otro posible imputado dan la impresión de una "zona liberada".

Ahora bien, la TV, como siempre, confunde todo, entre otras cosas las zonas en las que se da cada hecho que denuncia, y que en este caso es importante diferenciar, porque están bien diferenciadas.

Siendo esquemáticos diremos que en Wilde existen determinadas calles que constituyen límites que distinguen a un sector de otro.

Siguiendo esta lógica podemos decir que esas calles "limítrofes" son la Avenida Mitre (conocida por todos ya que es la arteria principal de la zona sur), las Avenidas Ramón Franco (lindera con la vía del tren) y el Acceso Sudeste, hacia el este (podríamos sumarle la Autopista Buenos Aires-La Plata), y hacia el Oeste la Avenida Belgrano, y el Camino General Belgrano (ya limítrofe con Monte Chingolo)

Entre el Norte y el Sur el límite está dado por la Avenida Las Flores, y su continuación Onsari a la que muchos vecinos llaman por su antiguo nombre "Cadorna"

Las zonas residenciales son las mas próximas a Mitre, por un lado, y las mas próximas a Quilmes por el otro.

Hay fenómenos como el "Barrio Gráfico" inicialmente construido para trabajadores de ese gremio que se halla al otro lado del Acceso Sudeste, y que con el tiempo se han vuelto semi-residenciales, pero son la excepción.

Las Villas de Azul e Itatí se hallan próximas a esas zonas, lo que disminuye el valor de las propiedades y produce un fuerte contraste, aunque los residentes en esas zonas no son pudientes al estilo de como pueden serlo los de ciertas zonas de Quilmes y Adrogué


Mientras que el "rey del corte" es de la zona oeste, el asesinato de Renata Toscano fue en la zona Este.


Mientras que al Colegio San Ignacio concurren niños de zonas próximas al Acceso Sudeste, los manifestantes eran de las calles mas próximas a Mitre, por lo que su vinculación con la catequista asesinada era relativa.

El Colegio San Ignacio, al que concurría la catequista Renata Toscano, es un colegio jesuita, al que suelen enviar sus hijos la gente del barrio que conforma un arco que va desde cierta clase media baja y trabajadores, hasta profesionales y otros sectores medios.

Es un colegio parroquial subsidiado y por ende barato.

Los padres que envían a sus hijos allí no son necesariamente devotos, sino que lo hacen porque los colegios públicos de la zona están afectados por el problema social existente que hace que allí concurran sectores marginales, en muchos casos con el sólo interés de "al menos comer".

El Colegio San Ignacio no puede ser calificado en absoluto de reaccionario, aunque tampoco sea lo contrario.

Han tenido entre sus párrocos a sacerdotes abiertamente reaccionarios como el Padre Toledo, vinculado a Monseñor Quarracino y que hace unos años estuvo involucrado en un sonado escándalo vinculado al banquero Trozzo, o el Padre Luis, un ya anciano sacerdote que abreva, por el contrario en la "Teología de la Liberación".

El Padre Luis ha desarrollado su tarea a lo largo de los años al lado del mismísimo Padre Mugica, el Ex Obispo de Avellaneda Jerónimo Podestá, o el militante de la Resistencia Peronista y fundador de la JP Gustavo Rearte, y sus acciones estuvieron siempre vinculadas al movimiento de sacerdotes por el Tercer Mundo.

El Padre Luis siempre predicó y trabajó con la gente de los asentamientos cercanos.

Esto hace que el Colegio suela estar vinculado a las cercanas Villas de Emergencia, y, que, en mas de una oportunidad haya becado a chicos y chicas, provenientes de esos asentamientos para que estudien allí.

De lo anterior se infiere como totalmente lógico lo que expresaban algunos de los presentes que criticaban las manifestaciones de ciertos vecinos a los que éstos últimos acusaban, al afirmar que "Renata hubiese sentido vergüenza de ellos", porque "ella iba a la Villa a alcanzarle su copa de leche y a trabajar con la gente de allí".

También en muchos de esos barrios se ha generado una cierta "mística" tonta que hace suponer que cierto líder delictivo (que cambia según el momento) "tiene códigos" y que por lo tanto "cuida al barrio" , porque "su gente trabaja en otro lado".

Esto último no lo dicen los villeros, sino la gente de clase media baja y no tan baja, que cuando advierten que la realidad no es así apelan a los gritos histéricos de "mano dura".

En suma, hay desarmaderos, sospechas de zonas liberadas, y complicidades varias que no son necesariamente policiales sino muchas veces mas sutiles y vinculadas con la propia estupidez.

Mientras tanto algunos mediáticos vecinos decían "Nosotros no venimos a pedir trabajo porque somos gente de trabajo, queremos seguridad", y echaban a los que pedían "pan y trabajo" por "hacer política".

Hay quien sospecha que allí hay punteros de De Narvaez agitando en base a esta situación, como los hubo en Lomas del Mirador, zona en la que los familiares de Luciano Arruga denuncian cosas similares, hasta el intento de "cooptación policial" para delinquir, que habría sido, según expresan, el motivo de la desaparición del joven.