lunes, mayo 11, 2009

Las "clases" televisivias del Profesor Mariano Grambosta



Las sandeces aún expresadas en latín no dejan de ser tales (Fallo de la Cámara Nacional en lo Comercial)


Hace muchos años ya. la Revista Humor había apodado Mariano Grambosta a Mariano Grondona.

Entonces Mariano editorializaba a favor de la dictadura militar.

En los 90 criticaba la "corrupción" de Ménem, pero defendía al "modelo".

Hoy, sabemos, ataca de manera furibunda al "kirchnerismo", que para él entraña algo así como una suerte de "peligro populista y demagógico".

No es propósito de este post criticar la circunstancial oposición de "Grambosta" al Gobierno Nacional, sino su pensamiento estratégico y permanente, y con el de él, el de todo el sector que representa del que tal vez sea uno de sus mas puros exponentes intelectuales.

Sucede que, aparte de su programa "Hora Clave" , Grondona emite por el Canal 26 unas presuntas "clases" televisivas en las que pretende explicar, como es su estilo, la realidad argentina actual apelando a "latinazgos" y citas históricas.

El método de Grondona (alguien criado en una era preinformática) es el de "corta y pega" con el que concluye armando un sofisma apropiado a los propósitos que en cada caso persigue:

En su clase del Sábado pasado el inefable apeló a los Discursos sobre la segunda década de Tito Livio de Nicolás Maquiavelo quien en su clasificación de las formas de gobierno apela a la de el autor comentado que a su vez coincide con la de Cicerón.

Ellos, como autores clásicos que eran, veían la historia en forma cíclica y eternizaban esas características cíclicas en todo tiempo y lugar.

La clasificación como sabemos apela a tres formas "buenas" y tres formas "malas" de gobierno, presunta "degeneración" de las anteriores.

Las tres buenas serían la "Monarquía", la "aristocracia" y la "democracia" y sus "degeneraciones estarían dadas por la ·tiranía", la "oligarquía" y la "demagogia".

Siendo breves, contamos que el Profesor "Grambosta" considera que nos hallamos en los albores de una forma demagógica que facilmente degeneraría en tiranía.

Partiendo del presupuesto de la virtuosa institucionalidad norteamericana, plantea que el temor argentino y latino americano consiste en "no caer en la anarquía", mientras que el norteamericano consiste en "no caer en la demagogia" y que eso se verificaría en su historia:

Cita entonces casos como los de Nixon, o los de Kennedy y Lincoln, en los que según su parecer, al menos en los dos últimos en forma literal, se apeló al "rifle sanitario".

¡Si así como lo escucharon!, los asesinatos de los dos últimos para Mariano, (si bien lo sugiere y no lo explicita) estarían motivados en el temor a que se convirtieran en demagogos.

La "movilización" y las "plazas llenas" pueden para el Doctor llevar a la demagogia, tal como lo estaría demostrando según él, el caso de Galtieri que impresionó mal a Haig cuando convocó a la multitud a la plaza en apoyo del desembarco en Malvinas.

Se olvida Mariano, en sus permanentes referencias a la antigüedad clásica, del ágora ateniense probablemente.También olvida movilizaciones norteamericanas como la "Marcha sobre Washington" seguramente convocada en apoyo de ese "demagogo" llamado Martin Luther King.

Pero mas allá de lo anterior hay otra cuestión perversa:

La invocación de metáforas extraídas del pasado tiene una nuevo significado en los nuevos contextos en los que se citan, lo que también es válido para este augur catódico, y católico.

Maquiavelo apelaba a Tito Livio, porque la antigüedad clásica, gozaba de pleno valor legitimante en su época aunque la República a la que se refería no era ya la República romana, sino su contemporánea Venecia

En sus escritos, daba por cierto todo lo que decía Tito Livio, quien por supuesto daba por veraz e incuestionable, entre otras cosas, la absurda leyenda de la loba amamantando a Rómulo y Remo, entre otras cuestiones míticas que sin embargo no eran tomadas como mitos sino como hechos.

Pero, de todas formas, en los ejemplos históricos a los que apela, siempre deja sentado su temor ante los desbordes de la "multitud", y ve con buenos ojos cualquier forma "mixta de gobierno", sobre todo aquella que implique un equilibrio aristocrático de clases.

Los revolucionarios franceses citan a los clásicos para legitimar a la república burguesa.

Gramsci apela a Maquiavelo para aplicar al marxismo y al leninismo metáforas extraídas del florentino sobre la cuestión del poder, y, sobre todo, para no ser comprendido por sus carceleros fascistas.

Grondona ve en Chávez a un demagogo tiránico, y en Kirchner a un Chávez en potencia, y da por veraz e incuestionable la fortaleza institucional de EEUU (que parecería no estar atravesando una crisis),

Gondona también ve en Chile el "modelo latinoamericano a seguir" respetando en democracia la "virtuosa" economía de Pinochet.

Es claro lo que propone: Políticos sin derecho a reelección para que no se transformen en tiranos, intereses dominantes y permanentes a buen resguardo.

Los políticos son "malos" y tienen rostro, las "políticas económicas de mercado" son buenas y parecerían no ser encarnadas por sujetos concretos.

Al final de su alocución, y al día siguiente con De Narvaéz, decía que "los países que funcionan tienen un bipratidismo", que bien podría ser en nuestro caso el "pan radicalismo" y el "pan peronismo" pero respetando estos principios.

Está claro lo que quiere Grondona, está claro lo que quiere su clase social.

Está claro que para Grondona, en el peor de los casos, Videla fue apenas "autoritario", Perón era un "tirano" (aunque la corrección política de los tiempos actuales le impida repetirlo), y Kirchner un peligroso "Perón-Chávez en potencia", así no haya hecho ni el 5% de lo que hicieron los anteriores.

Después de tanto sofisma, sería bueno recordar en estos casos lo que Maquiavelo decía sobre "adulones" y "mercenarios" cuando aconsejaba al Príncipe.