sábado, abril 11, 2009

Muros, candidatos que no asumen y disgregación política y social













las nuevas ideas son primero objeto de burla,

lugo pasan a ser blasfemias,

después son cuestiones opinables, y

finalmente verdades establecidas (W Chesterton)

El muro de San Isidro, la propuesta de Kirchner de que las listas de diputados la encabece el Gobernador Scioli y las de Concejales los intendentes de cada distrito son parte de las tendencias a la exageración que caraterizan a las campañas electorales.


Aún la organizadora de la última movilizción pro seguridad a Plaza de Mayo rechazó al muro delirante de Gustavo Posse.

La única y solitaria voz que lo apoyó fue la de Juan Carlos Blumberg.

Sin embargo, lo preocupante, es que esta "movida" pueda tener acogida favorable en una parte de la comunidad San Isidrense, y que ese haya sido el motivo por el que el Intendente Posse decidió llevarla a cabo.

No es la primera vez que se levantan muros y diversos medios se encargaron de historiarlo.

En nuestro país, hay un lejano antecendente de muro "contra la pobreza" fue el que mandaron construir los vecinos de Belgrano, para no ver la antigua Villa Miseria del Bajo.

Ese episodio dio lugar a la filmación de la película "Detrás de un ancho muro".

Luego la dictadura por mediación de Osvaldo Cacciatore desalojó a los habitantes de la "molesta" villa miseria y los dispersó en distintos sectores del Gran Buenos Aires.

El actual muro, tal como reza el epígrafe, dio lugar a la indignación, superando la inicial etapa de la hilaridad

¿Que pasaría si empieza a ser admitido como una cuestión opinable?

Es que no hay que subestimar el episodio. Es vergonzante admitir adhesión, pero existe en diversos sectores de la sociedad (no sólo de San Isidro) cierto consenso, y que alguien se haya atrevido a materializarlo permite que no se descarte un segundo intento.

Las recientes invocaciones a favor de la pena de muerte, y el episodio actual, pretenden metafóricamente, y no tanto, la eliminación de los que sobran.

Como todo proceso de exclusión, todos tratan de ubicarse de este lado del muro, sin darse cuenta de que en verdad cuando se desata un proceso expulsivo siempre incluye a nuevos contingentes.

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La segunda cuestión es la de postular al Gobernador Scioli en la lista de diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires, así como a distintos intendentes encabezando las respectivas listas de concejales.

Esto no es nuevo. En distintas elecciones, distintas figuras del gabinete fueron postuladas, algunas para no asumir, y otras perdiendo su puesto en el Ejecutivo.

Son casos paradigmáticos el de Rafael Bielsa, que dejó su puesto como Canciller, el de Ginés González García, que se postuló como legislador de la Ciudad para terminar siendo Embajador en Chile, y el de Jorge Taiana, candidato a diputado en la Provincia de Buenos Aires, puesto en el que nunca asumió, cuando era Vice canciller, y que sin embargo terminó canciller como estaba prácticamente anunciado.

En este caso el Kirchnerismo juega una vez mas una estrategia del ojo por ojo, diente por diente, juzgando que el escenario que le toca enfrentar es aquel que en Teoría de los Juegos, se denomina "dilema del prisionero".

Esto se verificó en el adelantamiento de las elecciones luego de que lo hiciera Macri, y ahora con estas postulaciones, tras la postulación de la Vice Jefa de Gobierno Gabriela Michetti.

La estrategia dio sus frutos, ya que produjo una crisis en el PRO, incluyendo las manifiestaciones de Michetti de bajarse de la candidatura, y de una diferenciación pública de Solá respecto de Macri.

En cualquier caso, lo que se verifica es la falta de organizaciones a derecha e izquierda y la apuesta exclusiva a las figuras.

Ejemplo de ésto es que el PRO tiene votos en la Ciudad de Buenos Aires cuando los candidatos son Macri o Michetti, pero no es así cuando el candidato es por ejemplo Melconian.

Por otra parte, en el primer cordón no es lo mismo que el candidato sea Kirchner o cualquier otro.

De todas formas las cosas no son iguales a un lado y a otro de la General Paz.

En la Provincia de Buenos Aires, Solá tenía una intención de voto del 40%, cuando era el candidato oficial del peronismo, fuera del peronismo llega a un 7% apenas.

En la Ciudad los que tienen votos son las figuras; Ibarra, Telerman, Macri etc, y no los partidos políticos.

Es claro que el entorno ideológico en Provincia es "peronista" y en la Ciudad es "antiperonista", pero en la Ciudad no es la UCR quien cosecha lso réidtos de esa cultura política.

En la Provincia, en cambio, es el PJ el que opera como máquina electoral, pero no ya como partido, sino como "red" o "aparato".

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En un caso y en otro se verifica un proceso de disgregación.

Disgregación social que se corporiza en muros, y disgregación política que se manifiesta en figuras por encima de partidos y de organizaciones.

Sería entonces esto un punto de partida para analizar en donde estamos parados.