viernes, junio 08, 2007

Otra vez sopa (sobre el triunfo de Macri en primera vuelta)


Porque yo en el amor soy un idiota,
que ha sufrido mil derrotas
que no tengo fuerzas para defenderme (Polo Montañés cantautor Cubano)

Quizás debería hacer un análisis sesudo del triunfo de Macri, pero no puedo.

Venimos advirtiendo en los últimos posts acerca del crecimiento, no sólo argentino, sino internacional de la izquierda extraparlamentaria y de la derecha parlamentaria y dura en detrimento del centro.

Pero en este caso hay cosas que me exceden, que me parecen algo así como la compulsión a la repetición en esta sociedad conservadora y hambreada, (porque hablando mal y pronto hay que ser gil para ser conservador y cagado de hambre al mismo tiempo).

No vale la pena hablar del historial mafioso de Macri, justamente porque sus votantes lo conocen, y lo han votado a pesar de eso, o justamente conociéndolo, y hasta valorándolo.

Lo absurdo es la creencia difundida y estúpida del "mafioso bueno", o del rico que derrama prosperidad hacia abajo.

En un país donde los Macri siempre gobernaron, se lo toma como "lo nuevo", porque parece que no hubo Martínez de Hoz, Cavallo, Alsogaray y otras lindezas, y porque además pareciera que gracias a todos esos sujetos no estuviéramos como estamos.

Hasta pareciera que el "baile del caño" nos hubiera atrofiado la mente a punto tal de creer que sacar campeón a Boca, pueda ser un buen antencedente para lograr el bienestar general. Y, si lo pensamos bien, en términos costo- beneficio, el dinero invertido en Boca, para terminar con un descomunal défict y apenas tres campeonatos en diez años no es un buen score para quien se pretende infalible.

Así que acá no se trata de desenmascarar a Macri, sino de desentrañar nuestra propia estupidez como sociedad.Porque se podrá decir que los representantes de los partidos tradicionales, en definitiva, hacen negocio con los Macri, y que los Macri en definitiva los digitan, que el populismo es cada vez mas de derecha, que la izquierda no ha hecho mas que desperdiciar oportunidades históricas y exhibir su incompetencia una y otra vez.

Pero con ser cierto todo lo anterior, no es menos cierto que hay cosas que son peores, y que está demostrado que nos han llevado a la ruina.

Resta creer que somos como la mujer golpeada, a la que un día el golpeador le trae flores, y entonces se pone a pensar en que en el fondo es un "romántico".

Tanto "romanticismo" como el "llanto" de Macri al abrazarse a su compañera de fórmula, en su búnker electoral cuando se estaba anunciando su triunfo.

Todos los antecedentes de Macri indican que va a profundizar la destrucción, los negociados, la inequidad, el autoritarismo. Pero igual que lo que sucede con la mujer golpeada, un día hace un mimo habla de "Educación Pública" , "Salud Pública", y no explica desde ya bien de que se trata y le creen diciendo "¿Vieron que en el fondo es tierno?".

Pero tampoco a hacerse los distraídos porque desde el otro lado no estaba esperando el paraíso progresista.

En un país donde la U I A siempre tuvo la Secretaría de Industria, y donde las corporaciones simpre usuufructúan lugares dentro del Estado no cabe rasgarse las vestiduras.

A idéntica lógica, y no a otra, responde el voto a Ibarra. No fue un voto estimulado por valores progresistas.

El bastante frecuente corte de boletas "Macri Ibarra" que ha sido observado puede responder o bien a un "efecto Arturo Puig", o bien valores conservadores.

Ibarra es reivindicado como el "pobre muchacho" al que le "hicieron una cama", y no como el pretendido gestor progresista que habría sido.

Máxime cuando si fuera cierto eso de la "cama", uno de los principales autores de esa intriga sería el mismísimo Macri. Pero además cuando se advierte que los 194 muertos de Cromañón son responsabilidad política de una gestión abandónica.

No nos olvidemos que Bussi también en su momento "paró los juicios" gracias a una votación y que sucesivas votaciones lo consagraron gobernador, y que De la Rúa también fue votado por ser el "pobre hombre" al que le habían hecho "una cama" quitándole la Senaduría. Cuando en aquel momento lo que en verdad se había producido era una alianza en el Colegio Electoral, instución criticable, pero justamente prevista para hacer alianzas.

Otro argumento que no resiste el análisis es aquel que supone que Macri por tener aspiraciones presidenciales va a realizar una buena gestión en la Ciudad

¿Acaso fue buena la gestión de Duhalde en la Provinicia de Buenos Aires cuando aspiraba a la Presidencia?, ¿O los sucesivos desgobiernos de Ménem en La Rioja cuando poseía idénticas aspiraciones?

Aparte si se trata de "buen gobierno", cabe preguntarse "buen gobierno para quién" . No es la primera vez que las mayorías son convencidas acerca de las "bondades" de un "producto" que termina siendo un fraude.

Porque si hay algo que sabe la derecha es trabajar sobre la subjetividad colectiva. El problema es cuando la verdad alfora, y ahí es cuando resuenan las cacerolas hasta el próximo engaño, o, mejor dicho autoengaño.

Finalmente el reprtorio de sandeces se completa con eso de que es alguien que "no proviene de la política", lo que se considera virtuoso.

Es algo así como pensar que alguien que no es médico va a operar mejor que un médico porque no está contagiado con los vicios de la profesión.

Pero, de todos modos, pareciera que los "Palito", "Reuteman", "Nito Artaza", etc, no hubieran resultado experiencias lo suficentemente frustrantes.

Aparte, como bien lo sabemos, apolítico no es nadie, mucho menos Macri que ha condicionado gobiernos, y se ha enriquecido a costa del Estado.

¿Que hacer para la segunda vuelta?

Algunos hartos de "falso progresismo",pensarán que votando en blanco, si triunfa Macri tal vez quede todo mas claro. Una nueva versión del "cuanto peor mejor". Este argumento posee un inconveniente, pensemos lo que cuesta sacarse de encima a la derecha dura electoral o dictatorial. Pensemos en Ménem, Berlusconi, Thatcher, Reagan etc.

Otros votarán por Filmus, abonando la teoría del "mal menor", porque mas allá de las credenciales que pueda exhibir el Ministro de Educación no hay quien piense que represente al "progresismo".

Lo que es seguro es que nadie va a bailar en las calles