Murió Herminio Iglesias, el que siempre será recordado por la quema del cajón, y aquella famosa frase "Conmigo, o Sinmigo".
Pocos días antes había muerto Saúl Ubaldini, otro representante del peronismo tradicional sobreviviente en la década del 80.
Ambos provenían del sindicalismo peronista, decían haber participado de la resistencia peronista, y tuvieron alguna "buena acción" en la época de la dictadura militar.
Saúl "querido", fue el que convocó al primer paro contra la tiranía militar en 1979, y a las primeras marchas opositoras con cierta relevancia (fuera de las de derechos humanos), en Noviembre de 1981 en San Cayetano, en Abril de 1982 a Plaza de Mayo, forzando en esta última ocasión a la aventura malvinera de los uniformados.
A Herminio, aquellos que quieren destacarle rasgos positivos, lo recuerdan firmando e impulsando en nombre del Partido Justicialista la denuncia presentada a la Comisión de la OEA que vino al país en 1979, por violaciones a los derechos humanos, no obstante lo cual defendió la tortura e hizo gala de su amistad con Ramón Camps y Monseñor Plaza, los verdugos mas siniestros de la Provincia ce Buenos Aires durante la dictadura.
Pero también ambos representaban lo que inevitablemente se iba extingüiendo.
Herminio era el caudillo Vandorista que había sido intendente de Avellaneda, que se dice que regenteaba negocios non sanctos, y que ganaba internas a punta de pistola.
Ubaldini también era vandorista, pero en una versión mas moderada, ya que pesaba en él la influencia de Sebastián Borro, el líder de la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, evento en el que siendo jóven participó.
A ambos los promovió Lorenzo Miguel, ambos mantuvieron luego algunos enfrentamientos con su ex padrino, si bien nunca se distanciaron, y siempre lo preservaron como un aliado incómodo.
Los dos exhibían una imagen plebeya,(igual que Lorenzo), ya que a diferencia de la ostentación de los Triacca o Cavalieri, vivían donde vivieron siempre, pero siempre se sospechaba de la riqueza de ambos. (Herminio poseía un quinta con canchas de tenis en Florencio Varela y es significativo que la viuda de Ubladini denuncie que le robaron 60000 dólares que el sindicalista tenía ahorrados en su casa(ver nota), con los que dificilmente cuente un trabajador.
Hermnio vivió siempre en Avellaneda, ciudad de la que fue Intendente y Concejal, Ubaldini era oriundo de Mataderos, pero también vivió en Avellaneda durante los 80.
Avellaneda,es esa ciudad fundada por el Juez de Paz Juan Martín de la Serna ( el abuelo del Che Guevara), alguna vez cinturón fabril, y escalón del ascenso social. Su paisaje actual acompaña la disolución de los viejos vínculos sociales lo que es reflejado por Juan José Campanella en su película "Luna de Avellaneda".
A Ubaldini lo sepultó políticamente Carlos Ménem, ya había cumplido sus "servicios" como "opositor" a Alfonsín. Ahora la clase obrera iba a ser erosionada, y sus pseudo dirigentes burocráticos debían transformarse en "empresarios", o desaparecer.
A Herminio lo estigmatizaron con aquello del cajón, lo culparon de la derrota del peronismo en el 83. Sin desdeñar la parte que le cabe a Herminmio, hoy a la distancia se puede concluir que la derrota en verdad había sido la del recuerdo del 74/75 con Isabelita y López Rega.
Una "nueva era" comenzaba. La política se renovaba con personajes no ya tan grotescos.
Ya no cabían los mafiosos de barrio o los "patoteros sentimentales". Ahora comenzaba la era de los de "guante blanco", los "operadores" y los "gerentes". La de la "Junta Coordinadora" y la "Renovación Peronista"
Saúl era un galán de barrio, Herminio era un cómico sin saberlo, además de un "pesado". A ambos los sepultó la marea, a pesar de que a algún otro pseudo "galán" y comediante como Carlos Ménem, las cosas le fueron mucho mejor.
El viejo país murió, para bien en algunas pocas cosas, pero también para mal en la mayoría de las cuestiones.Con él murió también el peronismo de Saúl y Herminio ¿Morirá alguna vez esa manera de hacer política masivamente cuestionada en el 2001/2002?. El final es abierto.
