viernes, diciembre 01, 2006

Corbata, uno de los imprescindibles


Tal vez a muchos no les diga demasiado saber que el Domigo 26 de Noviembre, decidió poner fin a su vida Eduardo Corvalán "Corbata", antigüo militante del gremio telefónico y de la resistencia peronista.
Para quien lo conoció, enterarse de su tràgica partida mueve a muchas reflexiones.

Quien escribe estas líneas no era uno de sus íntimos, no obstante haberlo conocido

Un mail perdido que andaba circulando por las listas de correo de la red, me hizo tomar conocimiento de la mala nueva.

¿Quién fue Corbata?

Alguien que seguramente no daba para integar el "star system" del progresismo, alguien que como el griego Blajakis que llamara tanto la atención de Rodolfo Walsh en su libro ¿Quién mató a Rosendo? era un anònimo luchador, un laburante que no faltó a ninguna cita cuando se trató de dar pelea.

Sería sectario desconocer que muchos intelectuales que no nacieron en hogares humildes como el mismo Walsh, el Che Guevara, Cooke y tantos otros, hicieron mucho por los que menos tienen, tanto como dar su propia vida, o dedicarle la mayor parte de ella.

Sería asimismo injusto desconocer que algunos personajes de origen obrero como Vandor, Cavalieri, Lorenzo Miguel y tantos otros traicionaron a los de abajo, que era el lugar de donde provenían.

Pero asì como lo anterior es cierto, no es menos cierto que muchos de los que tuvieron comportamientos hasta heroicos a principios de los 70 regresaron al seno de la clase social que los vio partir y se convirtieron en "exitosos" para el sistema, mientras que hubo otros que antes y después siguieron en el mismo camino de lucha que nunca abandonaron.

Los primeros en muchos casos solieron pregonar sus padecimientos reales o ficticios. a manos de la represión para en reiteradas ocasiones justificar las canalladas del presente.

Los segundos, por el contrario, continuaron humildemente su pelea, que habìa comenzado mucho antes de cuando la pelea de los segundos siquera se insinuara. Entre estos últmos estaba Corbata.

Corbata tomó contacto con su conciencia por primera vez, cuando trabajando en un hospital a los quince años recibiera a los muertos y heridos del levatamiento del 9 de junio de 1956.

Luego ingresó al gremio telefónico al que literalmente le brindó su vida.

El gremio telefónco, fue siempre muy especial. En su seno convivían honestos luchadores peronistas y de izquierda, que discutían apasionadamente, pero que se respetaban. En su historia se fusionaban las tradiciones de luchadores anarquistas y socialistas anteriores al 45 y la de peronistas defensores de la nacionalización de los teléfonos y luchadores de la resistencia .

Corbata estaba entre esos luchadores. Con su memoria de elefante recordaba las "agachadas" de los que buscaban "blanquearse" apelando al olvido, y no olvidaba los pequeños hechos heroicos de todos los que los habían protagonizado, aún de los que pensaban distinto que él.

Pocos saben que Corbata "estuvo ahí" muchas veces. La última de las veces que "estuvo ahí", fue cuando facilitó el contacto entre Pino Solanas y Chacho Álvarez, para conformar la primera versiòn del Frente Grande, apelando al conocimiento que tenía del cineasta que lo había convocado como extra a alguna de sus películas, así como lo había hecho con otros miembros de la resistencia peronista.

Escucharlo, era escuchar un testimonio vivo de la historia reciente. Hablaba con veneración del "Viejo Marcos" ( César Marcos), y de todo lo que le había enseñado su vida rica en experiencias.

Intransigente y leal, no dudó en apartarse de Julio Guillán, a quien había amado, cuando sintió que había traicionado aquello por lo que había luchado, o de Chacho Álvarez, cuando sintió que ese no era su camino, en el momento en que acercarse al líder del Frepaso era lo que aconsejaba el "manual del buen oportunista".

Nunca pidió nada a pesar de ser conocido por tanta gente, por lo que se resignó a vivr de su jubilación de 500 pesos.

Muchas dictaduras lo cesantearon, lo encarcelaron, y lo persiguieron, el logró volver una y otra vez.

No pudo levantarse del golpe mortal que le asestaron la privatización de Entel, el sistema político, y el capitalismo salvaje de fin del siglo XX, y principios del XXI.

Corbata era un laburante robusto y duro, preparado en cuerpo y alma para soportar las peores adversidades. Quizás le resultara insoportable bancarse el veneno sutil y cotidiano de un sistema que destila cinismo.