miércoles, junio 28, 2006

¿Para quién canto yo entonces?

Así como en la música, lo que se consume son las Spice Girls, y no Mozart, lo propio sucede en política ( Susan Sontag)

Charly García es quizás uno de los mejores músicos populares de los que ha tenido nuestro país en sus distintos géneros.

Tiene esa rara virtud con la que sólo cuentan pocos grandes de hacer sonar sencillo lo complejo.

Prueba de ello es, por ejemplo, entre otras muchas, esa canción hermosa llamada "Los Dinosaurios", cuyas armonías no son nada sencillas, y, sin embargo, suenan como si lo fueran.

Pero hay una virutd adicional con la que cuenta Charly, mas allá de su talento musical:
Sus letras, o muchas de ellas, son muy buenas, y tienen en ocasiones un valor literario independiente de la música.

Muchas son irónicas, otras son tristes, y quizás esa sea la clave para entender a este complejo ser, que, justo es decirlo, muchas veces incurre en actitudes, muy repudiables para nuestro gusto, como grabar un decadente CD de un recital que en la Quinta de Olivos le brindó en su oportunidad a Carlos Menem, cuando éste era Presidente.

Charly, como todos sabemos, tuvo un primer grupo que lo lanzó a la fama, y que se llamaba Sui Generis.

Sui Generis, un dúo que integraba junto a su amigo Nito Mestre, pasará a la posteridad como aquel grupo de las "canciones de fogón", que le recordaban su adolescencia a los que hoy tienen diez años menos que Charly.

El tercer disco de Sui Géneris, "Pequeñas anécdotas sobre las Instituciones" , es quizás el mejor, y el menos popular de los discos del dúo.

Es un disco que no es "de fogón" y que contiene una mirada irónica y crítica sobre distintas instituciones.

Dos excelentes canciones llamadas una "Juan Represión" y "Botas Locas" la otra, fueron excluídas de la versión original por impedimento de la censura, y otras como el "Señor Tijeras", "Pequeñas delicias de la vida conyugal", y la que da título al álbum, debieron en parte "reescribirse" y se refieren a otras tantas instituciones.

Este Charly García crítico de entonces, un jóven hippie, con tendencia a la izquierda, compuso una hermosa canción llamada "¿Para quien canto yo entonces?.

La pregunta que se hace Charly como artista se la han hecho muchas organizaciones políticas y sociales por lo que resultaría muy interesante analizar el contenido de sus versos:

La canción comienza diciendo: ¿Para quien canto yo entonces, si los humildes nunca me entienden?Esta pregunta que se hace Charly como artista, es la que se han hecho tantas organizaciones de izquierda y progresistas.

Se supone que la izquerda, o el progresismo interpela a los más débiles de la sociedad, a los trabajadores, a los explotados, a los oprimidos.

Pero sucede que los humildes en muchas ocasiones, suelen no aceptar ser liderados por las opciones de izquierda, o progresistas.

Es frecuente que acepten con mas facilidad el discurso de la derecha, o de los opresores.

Si los hermanos se cansan de oir las palabras que oyeron siempre, prosigue la canción.

Le sucede a Charly como artista, les sucede a muchos intelectuales "bien pensantes", le sucede a muchos grupos y organizaciones de izquierda y progresistas, la falta de respuesta, y el vacío consecuente las vuelve auto referenciales.

Esa cuestión auto referencial los termina agotando. Ese vacío suele terminar en estancamiento y agotamiento.

Si los que saben no necesitan que les enseñe.

Tal vez aquí Charly se esté equivocando, todos podemos aprender y enseñarnos mutuamente, pero es entendible que fuera de un cìrculo si su canto no convoca nadie, no trasmite ningún mensaje.

Si el que yo espero se encuentra aún dentro de tu vientre.

Siempre pensamos en las futuras generaciones. En más de un sentido los que esperamos no salieron aún del vientre materno, que no es estrictamente el literal.

Las nuevas generaciones son cada vez mas individualistas e indiferentes, pero no tienen toda la culpa, tienen padres que le han inculdado eso. Y esos padres pertenecen supuestamente a la generación que se jugaba por causas revolucionarias. La validación de las canalladas con fundamentos progresistas es sumamente perversa.

EN BUSCA DE INTERLOCUTORES.

¿ A quién dirigir un mensaje?.

Se supone que si uno es parte de un determinado grupo o clase social, el mensaje debe de estar dirigido a los pares (los hermanos cansados de oir siempre las mismas palabras según la canción que estamos comentando).

Pero resulta que a veces los destinantarios de un determinado mensaje no están dispuestos a recibirlo.

Entonces surge una segunda pregunta ¿ Para qué se emite ese mensaje ?

Esta ha sido una clásica pregunta de los intelectuales y de las "vanguardias" y dirigencias de diversas épocas.

"El Príncipe" de Macquivelo, tiene por ejemplo un destinatario, tal destinantario es Lorenzo de Medicis, a quien le pide que unifique Italia.

Con ese propósito le da una serie de "consejos" sobre como mantener el poder luego de nuevas conquistas.

Esa preocupación sobre el "cómo" no renació en la Ilustración.

Liberales, fisiócratas y enciclopedistas, se preocupan en cómo debía ser la sociedad que ellos imaginaban institucional y económicamente, pero no analizaban el camino de acceso al poder.

Los protagonistas de la Revolución Francesa lo descubrieron en la práctica, aprovechando circunstancias tales como una insurrección, o, tal el caso de la "Revolución Gloriosa" de Gran Bretaña, insertándose en las instituciones existentes para llevar a cabo sus propósitos.

Eran revoluciones burguesas, por lo que los interlocutores pretencían al mismo sector social, y los campesinos y el pueblo "bajo" en general, tenían una participación subalterna.

El movimiento socialista desde el comienzo pareció preocupado por dos cuestiones:

La primera era la crítica de la sociedad capitalista, la segunda era el cómo del acceso al poder. En ambos casos, la definición de la nueva sociedad quedaba mas desdibujada.

Marx distinguía "clase en sí" de "clase para sí", ya que si bien el sujeto de la transforamción era para él la clase obrera, dicha clase no siempre defendía sus propios intereses, y estaba en general penetrada por la ideología de la clase dominante, aunque en otros párrafos de su obra apostaba por acciones espontáneas de los sometidos.

Desde entonces vamos a encontrarnos con "catastrofistas" como Rosa Luxemburgo, que creen que la "revolución" devendrá en forma espontánea de la acción de la clase obrera y otros como Gramsci, que no por casualidad retoman a Macquiavelo, en clave marxista al hablar del "nuevo príncipe", entendiendo por tal a la "vanguardia" de las clases populares.

¿ENTONCES COMO SE RESUELVE EL TEMA?

Luego de las disquisiciones que hemos hecho volvamos a la letra de la canción que estábamos comentando.

Dice Charly finalmente:

Yo canto para la gente,
porque también soy uno de ellos,
ellos me cuentan la historia,
y yo les pongo melodía y verso

y luego da el motivo:

Si cuando gritan vienen los otros y entonces callan,
si sólo puedo ser mas honesto que mi guitarra.

Charly no pretende ser un arquetipo, simplemente se coloca en el rol de "vocero".

A él por su condición de artista, le es permitido decir cosas de las que la "gente" en general se ve impedida.

Pero también su mensaje está destinado a molestar a otros:

Y yo canto para usted,

el que atrasa los relojes,

el que nunca jamás podrá cambiar,

y no se dio cuenta nunca,

que su casa se derrumba.

En el original censurado no decía "el que atrasa los relojes", sino "hombre del reloj de oro".

Sea como fuera, en esa época, el futuro era patrimonio de la izquierda y era la derecha la que atrasaba. Luego en los 90, pareció que el futuro había pasado a ser patrimonio del capitalismo, mientras que el "atraso", pasó a ser cosa de "zurdos".

No es la primera vez que sucede.

Al comienzo de la revolución industrial, muchos obreros le echaban la culpa a las nuevas tecnologías de sus desgracias, y en muchos creían que era menos cruel la sociedad fuedal, o muchos esclavos negros liberados del Sur de Estados Unidos añoraban la esclavitud.

Hoy, entre nosotros, hay mucha gente que quisiera que se "atrasen los relojes" como forma de estar mejor. Lo que sucede es que en una sociedad injusta, cada avance es paralelamente un retroceso.

La pregunta es ¿para quien cantamos entonces?. La respuesta es porque tenemos algo que decir.